Breves disertaciones acerca del “Diseño Editorial”
Si el DISEÑO GRÁFICO, en términos generales, se refiere al área del diseño especializada en la “COMUNICACIÓN VISUAL”, es decir, en el intercambio de mensajes específicos con objetivos determinados que se dan en nuestra sociedad entre un grupo de personas en particular, las cuales intervienen en dicho proceso ya sea como “emisores”, “codificadores” o “receptores” de la información; y sabiendo de antemano que el diseño es interdisciplinario y que tiene como objetivo primordial, desde tiempos inmemoriales, el mejoramiento de la calidad de vida del ser humano; entendemos entonces al DISEÑO EDITORIAL como una de las ramas en las que se segmenta el DISEÑO GRÁFICO, específicamente la que se encarga de editar uno o varios contenidos en especial para su posterior publicación, ya sea en medios impresos o digitales, asegurándose de hacerlo de la manera más adecuada para lograr la debida interpretación de los contenidos.
Así las cosas, considero importante destacar que el DISEÑO EDITORIAL no sólo es una de las especializaciones más hermosas y gratificantes de la comunicación visual, sino una de las más difíciles de ejercer por la meticulosidad de sus requerimientos, así como por el exhaustivo nivel de detalle que precisa para lograr los mejores resultados.
Por ello, me atrevo a dejarles aquí las siguientes reflexiones, esperando les sean de utilidad. NO es lo mismo BONITO, que ¡BUENO!
Aunque “algo” NO ME GUSTE, puede ser bueno; y aunque “algo” ME ENCANTE, puede estar mal, al no cumplir con los objetivos de comunicación adecuados.
Por ello, es fundamental conocer las normas y los estándares, a razón de tomar decisiones correctas que enaltezcan la calidad de nuestro trabajo y no que la comprometan.
La buena ortografía… ¡Es imprescindible para una comunicación clara y asertiva!
Adicionalmente, es importante cuidar el adecuado uso de los márgenes, lo que también incluye los “gutters” o “media- niles”, es decir, las distancias entre las columnas, tanto si estas son de sólo texto, como si incluyen imágenes; y por su- puesto, no debemos olvidar la utilización de “bleeds” (excedentes de impresión), así como la debida eliminación de “ríos”, “viudas” y “huérfanos” en los textos, refiriéndose estos últimos tres a los espacios inadecuados y desproporcionados que se forman entre los párrafos por el inadecuado diseño del texto, y a las palabras y frases sueltas que en ocasiones que- dan al final de los segmentos de texto, o al final o inicio de una columna en el caso de las frases.
Por último, hacer hincapié en el uso correcto de la tan polémica “división silábica”. Siempre que se justifique un texto, este debe llevar división silábica de forma obligatoria, asegurándose de utilizarla en el idioma en el que se encuentra hecha la redacción. Únicamente puede prescindirse de ella si los textos se encuentran alineados a la izquierda, a la derecha o al centro, o bien, si la columna de texto es suficientemente ancha como para permitir la ausencia de la división silábica sin comprometer la legibilidad de la información y, sobretodo, sin generar ningún tipo de “río” en el texto. Adicionalmente se debe considerar que ninguna palabra, en cualquier caso, puede encontrarse dividida de una columna a otra.
Son innumerables las normas y regulaciones que intervienen en los procesos editoriales y que quisiera contarles con todo detalle, pero será en otra ocasión.