La Psicología y Fisiología del Color, y su relación con la salud
El color es una poderosa herramienta de comunicación. Por medio de la vista, nuestra mente recibe este estímulo que interpreta y asocia con ideas, recuerdos y también construye nuevos conocimientos; el resultado en muchas ocasiones es una asociación emocional o fisiológica que puede influir en nuestro comportamiento y en nuestro bienestar físico.
El color es parte de la luz, un estímulo visual que llega a nuestro cerebro, el cual interpreta los impulsos de las distintas longitudes de onda de lo que llamamos el espectro visible. Desde el color violeta, pasando por el azul, verde, amarillo y anaranjado hasta llegar al rojo, los receptores visuales en la retina interpretan las distintas longitudes de onda en un rango de 400nm a 700nm (nanómetro) aproximadamente, para reconocer cada tono.
Una vez que estos receptores visuales sensibles a la luz, llamados conos, envían la información al cerebro, éste construye una paleta multicolor. Los conos reaccionan a las longitudes del rojo, verde y azul (R, G, B por las siglas en inglés) y en las combinaciones se nos presentan los demás tonos del espectro. ¿Esto significaría… que el color está en nuestra mente? La respuesta es sí, y no.
La capacidad de diferenciar un color de otro es un proceso mental (por eso las personas con daltonismo no perciben todos los colores, no tienen algún tipo de cono activo); sin embargo, la existencia de las distintas longitudes de onda se puede medir mientras haya una fuente emisora de luz. Además, se ha demostrado que las células y enzimas en el cuerpo son sensibles a éstas, aún si no las pudiésemos ver.
Existen dos modos en que se clasifica el color: la mezcla sustractiva (color pigmento) y la mezcla aditiva (color luz). Cuando vemos objetos de distintos colores, esto sucede porque su superficie refleja parte de la luz a la que nuestros conos en la retina reaccionan; por ejemplo, un objeto rojo está reflejando una longitud de onda entre los 620nm – 700nm y por eso lo vemos de ese color. La mezcla aditiva se refiere a los colores emitidos por una fuente de luz, por ejemplo, en el uso de pantallas, bombillas, etc.
La Psicología del Color da énfasis a las emociones y cómo éstas se relacionan cultural, social e individualmente con los distintos tonos del espectro. Se organizan los colores en una rueda cromática que permite establecer armonías y asociaciones, muy útiles en el diseño y el arte; entre las que está la relación de colores complementarios. Estos tonos son opuestos en la rueda, totalmente distintos en sus propiedades. No es casualidad que las emociones que culturalmente se asocian a los tonos se vean opuestas también en una armonía de complementarios (por ejemplo, la ira y la tranquilidad, representados con el color rojo y el verde respectivamente).
El color influye en nuestro estado de ánimo. Indirectamente, puede tener impacto en nuestra sensación de bienestar y nuestra salud, cuando vemos un color por un tiempo determinado o una parte de nuestro cuerpo es expuesta a un tono en la luz. El color tiene la capacidad de activar procesos bioquímicos y hormonales en el cuerpo.1
Ejemplo de esto son una serie de estudios y experimentos realizados con enzimas, terapias de estimulación y relajación muscular2, procesos de cicatrización y el uso de lámparas de fototerapia para tratar neonatos con ictericia. Estas actividades son parte de la llamada “Cromoterapia”, considerada por la OMS con un Sistema de Medicina Alternativa y Complementaria2.
El poder del color al evocar emociones se utiliza en distintos ámbitos del diseño y el estilo de vida. Un ejemplo en el área de la Arquitectura y el Diseño Interno, es la implementación de paletas de color definidas para tratamientos médicos en hospitales y clínicas (por ejemplo, el Hospital Pediátrico UPMC en Estados Unidos5, el Rigshospitalet en Dinamarca5 o la Clínica de Traumatología NEXUS8 en Murcia12, España). En el ámbito del bienestar personal, se puede ver la aplicación de la teoría del color en planes alimenticios, indumentaria y styling, así como en tratamientos estéticos dermatológicos y psicológicos. El color tiene un enorme potencial de influenciar nuestro estado de ánimo y nuestra reacción ante un ambiente o situación.
Culturalmente asociamos el azul a tranquilidad, frío, confianza, seguridad, quietud, profundidad y en ocasiones tristeza. Este color estimula la atención y ayuda con la memoria, reduce el estrés y la ansiedad. Tiene propiedades analgésicas, baja la temperatura y la presión arterial, y puede suprimir el apetito. Se utiliza para tratar fiebre, hipertensión, enfermedades articulares entre otras. Un dato de gran relevancia en la actualidad es su influencia en el ritmo circadiano, pues lleva a la relajación, pero no induce al sueño ya que reduce la melatonina (caso estudiado en varias ocasiones en el uso de dispositivos como celulares o tabletas).
A nivel colectivo asociamos este tono con emociones fuertes, el amor, el enojo, la pasión, fuerza y ansiedad. El color rojo es estimulante para los sentidos, acelera el metabolismo, aumenta la presión arterial y activa la circulación sanguínea. Es un color muy utilizado en cuidados de la piel, recomendado también para tratar hematomas, espasmos musculares y anemia.
Es un color que se percibe equilibrado, asociado a la calma y relajación. Asociaciones comunes de este color son la naturaleza, el medio ambiente y el balance; y según el contexto la riqueza o la inmadurez. Contribuye en tratamientos de infecciones de piel o hiperpigmentación, se utiliza para tratar dolores de cabeza – excepto en casos de riesgo de tumores – y es uno de los más recomendados a incluir en la alimentación.
Este brillante y llamativo color, en dosis moderada, se asocia con la felicidad y la atención (en exceso puede provocar estrés y fatiga ocular). Es un color expansivo y luminoso, asociado muchas veces con la grandeza. Es uno de los colores que abren el apetito, por lo que se utiliza para tratar algunos trastornos alimenticios o digestivos; puede contribuir con la tonificación muscular y la cicatrización por un efecto alcalino en las células.
Los distintos matices de violeta, morado, púrpura, se han asociado por milenios con una posición de poder, de misterio y más recientemente de femineidad. Se considera que este color influye en el sistema nervioso central y puede tener un efecto beneficioso para el sistema endocrino. De todos los colores, es el de menor brillo y se considera que puede reducir el estrés e inducir sueño.
Comparte muchas similitudes con el rojo y con el amarillo. Culturalmente, a este color se le ha asociado con la juventud, la creatividad y el valor intelectual. Es el color que se asocia a la impulsividad (utilizado en muchos comercios para incentivar compras rápidas) y la actividad, estimula la circulación sanguínea, el apetito y la sed.
El poder del color se puede ver utilizado también en muchas otras áreas de nuestra vida y nuestro trabajo. Es una importante herramienta del Marketing y el Diseño, en la creación de marcas y en la ambientación de experiencias para nuestros clientes. Conocer estas asociaciones emocionales y la respuesta fisiológica que se puede provocar en el público, nos permite ser asertivos en la elección de una adecuada escala cromática para nuestros proyectos.